Adios al año

Ya llega a su fin el año y a quién no le viene a la cabeza pararse un rato y reflexionar sobre lo ocurrido.

¡Importante! No olvides hacer esta reflexión en tu lugar favorito y de la forma más cómoda. En mi caso, para hacer este tipo de reflexión es importante estar sentada en mi sofá, con una mantita y una caliente taza de Rooibos de naranja y chocolate.

Ha sido un año muy difícil en algunos aspectos. Hablo de esa dificultad que te endurece el alma, que hace que crezcas como persona, esos pequeños palos que te hacen madurar, que te hacen un poquito mas sabia (en el sentido de conocedora de estas cosillas que tiene la vida).

También ha sido un año de encuentros: encuentros familiares; encuentros con las amigas y los amigos; encuentros con el amor (bueno, esto todos los días), al que adoro cada vez mas y del que me siento cada vez mas orgullosa; encuentros dichosos en mi trabajo; me refiero a esas mujeres que con sus vivencias me han transmitido sabiduría (de la de verdad).

Con ellas he aprendido a ser mas fuerte, a relativizar mis problemas, a apreciar a las amigas, compañeras de viaje, hermanas, a saber que son necesarias. También he tenido un duro encuentro con la muerte de un buen hombre. He tenido encuentro con el dolor (el que sufre todos los días mi madre).

Me he encontrado de cara con la incomprensión, esa que te deja cara de gilipollas.

Mis hijos han cumplido un año más y me han hecho muy feliz en cada uno de los momentos de su vida. Siento mucho no poder tenerlos mas conmigo. Eso me desgarra enormemente. Es una de las peores pruebas que me está poniendo la vida.

En el viaje de este año he visto crecer a otras personas. ¡Eso si que es bueno! También la llegada de una nueva personita a la familia a la que vamos a querer con locura. Y la acogida de una gatita (Molly), que es la delicia de todos/as.

También ha habido cabida para el placer: buenas pelis, buenos libros, buenos paseos, excursiones, ir a nadar (esto ha sido lo mejor).

Y por este camino no voy nunca sola, va conmigo de la mano guiándome con su misteriosa mirada de amor, Dios.

Y como no, ha habido muchos momentos de hadas y muchos momentos de bosques...

Espero que el 2010 sea un año 10 para todos y todas.

¡Feliz Año Nuevo!